Estructura Burocrática y personalidad
Merton K. Robert (1949). Teoría y
estructura sociales. Fondo de Cultura Económica. México
Resena
Rosa Isela García Herrera
Septiembre 2012
En este texto Merton (1949) sostiene la tesis de que la
organización burocrática es una entidad formal y racionalmente diseñada a
través de reglas cuyo fin es influir y moldear el comportamiento de los
actores respecto de la forma en la que deben realizar sus tareas dentro de
ésta. Señala que esta influencia se logra a partir de mecanismos socializantes y de
control mediante los cuales la organización inculca una serie de valores y
principios organizacionales a fin de conseguir los objetivos y propósitos que
se ha planteado. En la medida en que se da este proceso de inculcación de
normas y valores la organización se vuelve restrictiva de la acción de los
individuos lo que acarrea una serie de desequilibrios y disfunciones que
alteran la vida de los individuos y de la organización.
Merton plantea que
una organización burocrática es una estructura racional/formal que implica
normas de actividad definidas con claridad, en las que idealmente, cada serie
de acciones está funcionalmente relacionada con los propósitos de la
organización. La organización de este tipo presenta un orden que se ejemplifica
en una especie de organigrama en el que se observan puestos, posiciones,
jerarquías a los que son inherentes obligaciones y privilegios definidos por reglas
limitadas y específicas. Cada puesto/empleo contiene una zona de competencia y
responsabilidad especificas que atribuidas por la organización.
En una organización burocrática, la
autoridad, es decir, el poder de control que se deriva de una posición
reconocida, es inherente al empleo y no a la persona particular que desempeña
el papel oficial. Esta acción oficial tiene lugar dentro del entramado de
reglas preexistentes de la organización.
Considera que en una organización hay
un sistema de relaciones prescritas en los diferentes puestos que supone un
grado considerable de reglamentación y una distancia social claramente definida
entre quienes ocupan esas posiciones.
Esta reglamentación o formulismo se
hace presente a través de rituales sociales que simbolizan y apoyan la
interacción de las personas que ocupan diferentes puestos o posiciones en la
organización. Este formulismo sirve porque reduce al mínimo la fricción y el
contacto social entre los individuos a modos y pautas de comportamiento que
están previamente definidos por las reglas de la organización. Este conjunto de
patrones integran un conjunto estable de expectativas mutuas que facilitan la
interacción entre los miembros de la organización independientemente de las
actitudes privadas u hostiles de cada uno de éstos.
El formulismo en la organización
protege a un subordinado contra la acción arbitraria de su superior ya que los
actos de ambos están limitados por una serie de reglas mutuamente reconocidas.
Así podemos señalar que las reglas son ordenaciones de procedimiento
específicas que fomentan la objetividad y restringen el rápido paso del impulso
a la acción.
Merton señala que un ejemplo de
organización formulista es la burocracia. Para definirla, retoma la teoría
clásica de Max Weber quien planteó que la burocracia supone una división
tajante de actividades unificadas que se consideran deberes inherentes al
empleo. En la reglamentación de este tipo de organización se plantea un sistema
de sanciones y controles diferenciados. Aquí la asignación de papeles se hace
en base a las actitudes técnicas que se examinan a través de procedimientos
formularios (exámenes) impersonales.
En una organización burocrática los que ocupan posiciones de autoridad y
jerarquía son expertos especializados que reciben un sueldo y que son
gobernados –en sus actos- por reglas generales, abstractas y claramente
definidas que evitan la necesidad de
emitir instrucciones específicas para cada paso concreto que se da en la
organización.
Las reglas tienen un carácter general
que requiere el uso constante de categorizaciones, mediante el cual los
problemas y casos particulares se clasifican en base a criterios definidos siendo tratados en consecuencia.
En una organización burocrática pura,
el funcionario es nombrado por un superior o mediante el ejercicio de la
competencia impersonal.
La mayor parte de los empleos
burocráticos suponen la expectativa de la tenencia vitalicia y la ausencia de
factores perturbadores que puedan
reducir el tamaño de la organización. La burocracia eleva al máximo la
seguridad vocacional y para ello propicia mecanismos que incentiven la
seguridad, la tenencia del empleo, las pensiones, los ascensos a cambio de conseguir
el cumplimiento escrupuloso de las obligaciones oficiales sin tener en cuenta
presiones extrañas.
El mérito principal de la burocracia
es su eficiencia técnica, con una gran estimación por la precisión, la rapidez,
el control experto, la continuidad, la discreción y la óptima restitución del
gasto que representa.
La estructura de la organización
burocrática busca la eliminación completa de las relaciones personalizadas y de
consideraciones no racionales como la hostilidad, la ansiedad y las complicaciones
sentimentales. En este tipo de organización con una burocratización creciente
el individuo está controlado en alto grado en sus relaciones sociales por los
instrumentos de producción.
La burocratización hace visible lo
confuso y lo oscuro. En una organización de este tipo, los individuos descubren
que para trabajar tienen que ser empleados y que para ello hay que contar con
instrumentos y equipo. Los individuos al emplearse en la burocracia tienen
acceso a los instrumentos a fin de trabajar para vivir.
Hasta aquí lo que Merton recupera de
Weber son las definiciones que este teórico aporta en términos de identificar
los rasgos esenciales de la burocracia y que están centrados en la búsqueda de
la eficiencia de los objetivos de la organización, sin embargo, considera que
no se habla de los aspectos negativos de la burocracia. Para explicar esto
alude a los términos de incapacidad adiestrada de Veblen; de psicosis
profesional de Dewey; y el de deformación profesional de Warnotte.
La incapacidad adiestrada se refiere
al estado de cosas en que los talentos de uno funcionan como insuficiencias o
puntos ciegos, es decir, que actos basados en el adiestramiento y destreza que
fueron aplicados con éxito en el pasado pueden resultar reacciones inadecuadas
en circunstancias nuevas. Una flexibilidad insuficiente en la aplicación de
destrezas dará por resultados desajustes más o menos graves en un ambiente
modificado. La organización adiestra a sus miembros para que actúen de manera
eficiente en circunstancias concretas, sin embargo, cuando estas personas que
han sido adiestradas actúan en circunstancias distintas pueden presentar un
comportamiento inadecuado o equivocado. La gente puede estar impreparada por
estar preparada con una preparación inadecuada; su preparación puede
convertirse en una incapacidad.
Dewey con su concepto de psicosis
profesional señala que a consecuencia de sus rutinas cotidianas, la gente
adquiere preferencias, antipatías, discriminaciones y acentúa ciertas cosas. La
psicosis la define como un carácter pronunciado de la mente. Tales psicosis se
desarrollan mediante las exigencias que formula al individuo la organización
particular de su papel profesional.
Los conceptos de Veblen y Dewey se refieren
a una ambivalencia fundamental. Toda acción se juzga por lo que logra o no
logra. Un modo de ver es también un modo de no ver. El enfoque sobre el objeto
A supone el desenfoque del objeto B. Merton propone analizar no solo lo que
logra la organización (precisión, seguridad, eficacia), sino por lo que no
logra (ambivalencia) en sus limitaciones al pretender alcanzar sus metas.
Señala que la estructura burocrática
ejerce una presión constante sobre el funcionario para que sea metódico, prudente,
disciplinado. Si la burocracia ha de funcionar eficazmente debe alcanzar un
alto grado de confiabilidad en su conducta, un grado extraordinario de
conformidad con las normas de acción prescritas. La disciplina adquiere una
relevancia inusitada. En una organización la disciplina solo puede ser eficaz
si las normas ideales son reforzadas por sentimientos vigorosos que impongan al
individuo la devoción a sus deberes, un agudo sentido de la limitación de su
autoridad y competencia y la ejecución metódica de actividades rutinarias. La
eficacia de la estructura de la organización depende de infundir en los
participantes del grupo actitudes y sentimientos apropiados. Hay en la
burocracia dispositivos definidos para inculcar y fortalecer tales
sentimientos.
Cabe señalar que para conseguir la
disciplina (la necesaria confiabilidad
de la reacción) esos sentimientos son con frecuencia más intensos de lo
técnicamente necesarios. Este inculcamiento de sentimientos apropiados hacia el
burócrata puede dar un margen de seguridad para que éste se ajuste a sus
obligaciones normadas.
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